Se entra al apartamento desde el jardín a través de una escalera de piedra natural que da a una acogedora terraza con porche.
Desde la terraza se tienen vistas despejadas sobre el jardín, ideal para cenar a la luz de las velas en las noches de verano.
El apartamento cuenta con dos habitaciones dobles, ambas dotadas de baño en suite y con ventanas sobre la fachada principal.
Uno de los dormitorios tiene un acogedor techo de madera y una cama antigua de caoba procedente del legado familiar.
Tanto en uno de los dormitorios como en el salón se han conservado la viguería vista de pino norte y los muros de caliza originales. El ropero y el cabezal de la habitación datan de principios del siglo pasado.
La cocina está integrada en el salón y separada del mismo por una barra.